La bodega Alemany i Corrio proyecta penetrar en Brasil y Asia
Vino icono en el garaje
RAMON FRANCÀS - Vilafranca del Penedès - 13/03/2010
Tras una amplia experiencia elaborando vino en Borgoña y un fugaz paso por California, el joven matrimonio formado por el bioquímico y enólogo bretón Laurent Corrio y por la también enóloga vilafranquesa Irene Alemany decidió, incitados por el padre de Irene, establecerse en el Penedès. Transformaron un antiguo almacén de Vilafranca ocupado por una imprenta en una improvisada bodega climatizada para convertirse en el primer "vino de garaje" de prestigio del Penedès. La bodega Alemany i Corrio S. L. lanzó su primer vino en 1999 bajo la etiqueta Sot Lefriec. Se convirtió rápidamente en un tinto icono y de culto. Hoy exportan el 50% de su producción a una docena de países pero han llegado hasta el 85%. Este año proyectan entrar en Brasil y en Asia.
A su Sot Lefriec sumaron un segundo tinto, el Pas Curtei, y el año pasado, en una iniciativa con dos socios más, sorprendieron a propios y a extraños con un primer vino blanco obtenido de una impactante viña plantada en un anfiteatro. Bautizado con el nombre de Plou i fa sol y del que sólo elaboraron 500 botellas en su primera añada, sólo se comercializó en restaurantes como El Bulli, El Celler de Can Roca, Monvínic y Comerç 24. Su producción sólo ha alcanzado las 20.000 botellas ya que, asegura Corrio, "no queremos renunciar a la calidad".
El distribuidor de Sot Lefriec en España, Quim Vila, destaca la "ilusión" que reside tras "el proyecto bourguiñón de una pareja que se enamoró estudiando en la Borgoña y que ha desarrollado en el Penedès unos vinos donde lo menos importante es el tamaño o la belleza de la bodega, y lo destacable es obtener la máxima expresión de los viñedos". Pese al prestigio cosechado, a su entusiasmo y a estar presentes en las mejores cartas de vinos, Laurent y Irene no pueden vivir, una década después de comercializar su primer vino, de su proyecto vitivinícola: ambos trabajan por cuenta ajena para llegar a final de mes. Además, los desencuentros con el ayuntamiento de Subirats les han privado hasta ahora de poder impulsar su proyectada nueva bodega junto a sus 8 hectáreas de viñedos, presupuestada en algo más de 1 millón de euros. Incluso el paso del AVE les afectó y se vieron obligados a arrancar un centenar de vides. La crisis económica les ha afectado especialmente, como al resto de vinos de alta gama. Cerraron 2009 con ventas de 130.000 euros, un 20% menos que en el 2008, pero están dispuestos a "resistir".
Origen información: La Vanguardia
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