El Mas Blanch i Jové, un ‘Espai’ de Guinovart dedicado al vino Agramunt

El Mas Blanch i Jové, un ‘Espai’ de Guinovart dedicado al vino Agramunt

Josep Bertran 2008-09-24
Durante la próxima edición de la Fira del Torró i la Xocolata a la Pedra de Agramunt, la familia Jové-Balasch presentará la nueva bodega que ha construido en la localidad de la Pobla de Cérvoles, en les Garrigues, coincidiendo con la salida al mercado de sus primeras variedades de vino.

Sin embargo, al margen, de la valoración que tengan los caldos, la bodega cuenta con un gran valor artístico puesto que buena parte del edificio fue diseñado por Josep Guinovart. Además, alberga algunas de las últimas grandes creaciones que el artista realizó poco antes de morir el mes de diciembre del 2007 y que hasta ahora han permanecido inéditas.La fachada principal de la bodega Mas Blach i Jové es una réplica de la que diseñó para el edificio que se levanta en el polígono industrial de Agramunt destinado, inicialmente, a acoger una exposición permanente del artista, así como un taller y un almacén donde guardar su obra. Es un diseño que recuerda también una de las caras de la Cabana de l’Espai, inspiradas en la gran portalada principal del templo de Santa Maria de Agramunt.“Hemos destruido el molde de hierro que Guino diseñó. La gran puerta metálica principal, la construimos siguiendo sus indicaciones y la tratamos para que tuviera el aspecto oxidado como él nos indicó. Hemos dejado las paredes vistas, tanto exteriores como interiores, y colocamos los grandes bloques de piedra del país a ambos lados de la fachada. El suelo de la plaza está formado por esta misma piedra triturada”, explica Joan Jové, el patriarca de la empresa familiar que completa su esposa Sara Balasch y sus hijos, Sara, gerente de la bodega, y Joan. Si la visión exterior del edificio queda identificada con la obra de Guinovart, el penetrar en el interior es como sumergirse en el espíritu creador del artista. Se trata de una sala con un altillo destinada a exposición de los productos, recepción de los visitantes y una zona especialmente concebida para realizar las catas de los caldos de la flamante bodega.El techo del local está adornado por círculos superpuestos de una gruesa tela metálica formando un gran racimo de uva. “Todos los detalles, desde las paredes, el techo, colores, materiales, todo fue supervisado por Guino. Nada era definitivo hasta que él le daba el visto bueno”, explica Sara Balasch.Sin embargo, es el gran mural dedicado al vino el que llama poderosamente la atención. Los colores y elementos propios que Guinovart relacionaba con la tierra y, en este caso, el vino, a través de los sarmientos que ocupan la parte central, impregnan toda la obra que preside la sala.En el otro extremo de las dependencias, un cuadro que contiene también los sarmientos, y un conjunto de botellas formando un círculo alrededor de las características bolas de arcilla que el artista ya utilizó en La Terra.
origen información: La Manyana