El desafío enológico
María José López de Heredia rompe tópicos en una singularísima cata para lomejordelvinoderioja.com
25.01.08 - A. GIL/C.SOMALO
María José López de Heredia, y al fondo una imagen de su bisabuelo, fundador de la casa. / JUAN MARÍN
Con López de Heredia, todo es relativo. Los principales axiomas enológicos de hoy no sirven cuando se descorchan los vinos de esta casa. Son únicos, singulares, propios , historia viva del Rioja que contradice el científico patrón que en las últimas décadas ha eliminado gran parte de los defectos de los vinos, pero a costa de la singularidad y de la tipicidad. María José López de Heredia caló hondo entre los aficionados con un discurso romántico, aunque también con hechos (sus vinos), en la nueva cata del club de
lomejordelvinoderioja.com y el hotel Husa, con el patrocinio del restaurante Entrevinos. López de Heredia es hoy la única bodega artesanal de España. Una casa que rompe tópicos, dirigida ya por la cuarta generación, pero que sigue fiel a los principios. El vino se hace hoy en la viña dicen los tratados de enología, pero «el nuestro se hace en la viña desde hace ya 131 años», recordó María José. El gran valor de la bodega, además de su historia, es el viñedo. Viña Tondonia, una finca de 110 hectáreas de la que exclusivamente salen sus vinos.La cataMaría José organizó la cata en dos tandas. Un rosado y cuatro tondonias blancos y tres bosconias y dos tondonias tintos. Diez vinos con el sello característico: la larga crianza. El tiempo es relativo en López de Heredia. Ninguna bodega aguanta tanto los vinos en madera y en botella para obtener una finura sólo comparable a la de algunos grandes borgoñas. El primero de los vinos es un Gran Reserva Viña Tondonia rosado de 1997, una primicia que aún no ha salido al mercado. Tiene un color rosa pálido, casi salmón (piel de cebolla) y la escasa producción se vende íntegramente en Nueva York. La cata entra ahora en el territorio de los admirados blancos de López de Heredia, que un día hicieron famosa a Rioja y que hoy prácticamente sólo la centenaria bodega de Haro mantiene. En estos momentos el blanco comercial es el Tondonia de 1987, tras una crianza en barrica incluso superior a los tintos (diez años) porque «la malvasía tenía más grado y había que refinar el vino», indica la enóloga. Empieza con un Gravonia crianza de 1998, la gama más 'joven' de la casa que presenta ya un color amarillo pajizo. La cata y, las copas, evolucionan en color y complejidad con los siguientes blancos: Un Tondonia Gran Reserva de 1990 (también primicia); otro de 1987 y una de los mitos de la noche, el Viña Tondonia de 1964. El color pajizo del Gravonia se intensifica hasta el oro intenso del último vino. Los aromas son cada vez más complejos y más intensos. «Si de algo peca el Tondonia de 1964 es de exceso de perfume, hasta el punto de que puede 'comerse' al plato». Más tópicos que caen. Los blancos de López de Heredia, de esa denostada viura que envejece como ninguna otra variedad blanca, se toman no muy fríos y son ideales con carnes blancas. Como en los tintos, la extraordinaria capacidad de envejecer sorprende. «La pregunta del millón es si los vinos actuales van a envejecer como los que tenemos en bodega». «No lo sabemos, la uva no es igual y la acidez, que es clave para el envejecimiento, va en descenso desde hace 60 años, pero con el Tondonia de 1987, por ejemplo, estamos seguros de que sí seguirá vivo muchas décadas».
Origen información: larioja.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario