La esperanza nunca muere

La esperanza nunca muere

MANUEL DURÁN SAMARANCH. Consultor

Ya sé que el que haya muchos vinicultores españoles que siguen utilizando las muy sobadas variedades francesas no justifica el que yo utilice esta también sobada frase, pero estamos en un periodo del año en que es normal repetirlas.

Digo que hay esperanza porque veo que se está entendiendo que interesa lo que es original, vinos de nuestras variedades autóctonas. Recientemente fui invitado a la presentación del vino Nuat de la bodega Abadal a base de la recuperada magnífica variedad Picapoll. También fui invitado a Torroja del Priorat para catar los vinos que producen las bodegas Terroir al Límit (propiedad de un alemán y un surafricano) y Trio Infernal (de 3 franceses), a base de Garnacha y Cariñena (es curioso que estos extranjeros han entendido que es preferible hacer vinos con sabor local, mientras que algunos españoles del Priorat siguen utilizando variedades francesas, para afrancesarlos). También al lanzamiento de la promoción por parte de la DO Penedés de la Xarel.lo. Igualmente, a la “Cena de la cultura del vino” organizada por la bodega Dinastía Vivanco donde sirvieron vinos de Mazuelo, Graciano y Garnacha. A la cata del Cava Recaredo hecho con variedades autóctonas de cultivo biodinámico. A la cata de Garnachas de Parker…
Pero recientemente, la Embajada española en Washington difundió un interesante estudio sobre la pobre situación del vino español en EE UU. Es preocupante que en el país que no tardará en ser el de mayor consumo de vino del mundo, de los 95 millones de cajas que importaron, 28,5 fueron de vinos italianos, 22,5 australianos, 14 de Francia, 7,3 de Argentina, 6,6 de Chile y solo 5,4 de España… Importan más vino blanco de la variedad italiana Pinot Grigio que de Chardonnay. ¿Por qué no de Albariño, Garnacha Blanca, Godello, Picapoll, Verdejo, Xarel.lo, etc.? No hay ninguna variedad española que sea conocida (porque España promociona el Chardonnay y el Cabernet). De los 100 vinos más vendidos 14 son italianos, 10 australianos, 3 franceses, 3 chilenos y el único español es el Cava Freixenet, tal como sucedía ya en 1985, hecho con variedades autóctonas.

Esto es bastante deprimente para España, el país que primero dispuso de viña de todo el mundo, pero que no supo inventar el vino y ahora no sabe exportar. Si hay pocos enólogos españoles que saben hacer vinos originales y pocos comerciales que saben venderlos habrá que contratar extranjeros como se hace en el fútbol. Hay que promocionar exclusivamente vinos con personalidad propia, los que se hacen con nuestras variedades, las apropiadas para nuestras Regiones Térmicas. El INI, que es el ICEX italiano, sólo promociona vinos de variedades italianas.

Muchos consumidores, en el extranjero, saben lo que son las Regiones Térmicas, aquí muchos viticultores las ignoran. El norte de España está en la III, el centro en la IV y el sur en la V. El propietario del Château de la Jaubertie de Burdeos está sustituyendo el Merlot (II-III) por Malbec, debido al cambio climático. ¡Aquí se planta el Pinot Noir recomendado para la I en la III! Esto ya está equivocado hoy y más lo estará en el futuro. Hacemos el ridículo.

Ya se que algo hay que hacer con los vinos que se obtienen de las viñas de variedades foráneas, que se plantaron sin el debido estudio. En lugar de la controvertida “DO Viñedos de España” se tendría que crear la “DO Viñedos Foráneos” para cobijar los vinos travestidos, los de identidad trucada. Ya hemos visto que con DOs anárquicas a pocos consumidores se logra engañar.

Se han tenido que arrancar 45.000 hectáreas de viña, mientras que Italia sólo 11.900 y Francia 10.300.
¡La crisis no es sólo económica!

Origen información: Mercados del Vino