Galletas por accidente
El Rosal, en Tàrrega, quiere triplicar la producción de 'arrugats' | El Rosal cerró el 2012 con unas ventas de 100.000 euros y este 2013 prevé crecer un 70%
La Associació Alba, entidad sin ánimo de lucro creada hace casi cuarenta años en Tàrrega, cogió las riendas del obrador El Rosal de la capital del Urgell hace ya diez años cuando el hijo del fundador, Lluís Serra, decidió jubilarse. Sus galletas eran muy populares y la familia Serra decidió recuperar la fórmula y relanzar la marca desde un nuevo obrador. El proyecto encajaba perfectamente dentro de la asociación ya que permitiría dar trabajo a personas con alguna discapacidad física y mental. "De la misma manera que es importante emplear a estas personas, es también crucial seguir elaborando las galletas con una altísima calidad y de forma artesanal", explica la responsable de El Rosal, Nuria Cendoya.
Los arrugats surgieron porque uno de los trabajadores, Lluís, tenía dificultad para hacer bien las neules y muchas de ellas acababan en la basura. Hasta que vieron que metidas en el horno se podrían aprovechar y, lo mejor, convertirse en un nuevo producto. Hoy los arrugats se elaboran con la misma fórmula que utilizaba la familia Serra desde 1920, y se venden bañados con chocolate.
El fuerte aumento de la demanda de arrugats, que representan ya el 70% de la producción, les ha animado a definir un plan de crecimiento hasta el 2018 que prevé triplicar la producción, emplear a más personas y ampliar los puntos de venta a supermercados. El proyecto ha sido seleccionado para formar parte de un programa de emprendeduría social, organizado por el BBVA y Esade, para buscar inversores. Según Nuria Cendoya, El Rosal necesita unos 260.000 euros para poner en marcha el plan de crecimiento. "Creemos que el producto tiene la suficiente coherencia y calidad para ser una referencia en el mercado", comenta la responsable. El Rosal cerró el ejercicio 2012 con unas ventas de 100.000 euros y este 2013 prevén alcanzar los 170.000 euros.
Este centro especial de trabajo emplea a unas 10 personas en el obrador que tiene la Associació Alba en Tàrrega, que comparte con otras instalaciones de la entidad. En el obrador también se elaboran neules, cubanitos y abanicos, y este año está previsto producir unos 9.000 kilos de producto, que venden a tiendas de alimentación y están empezando a entrar en los espacios gourmet de algunos supermercados de Catalunya. "Puntualmente hemos vendido también en el exterior, en Alemania, Finlandia o Rusia, pero primero tenemos que consolidar el mercado local", añade. "Para cualquier asociación tener un producto propio es un sueño, y nosotros lo hemos conseguido con los arrugats", reconoce.
Orígen información: La Vanguardia
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