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La bodega de Piñeira podría elaborar vino en Ribeira Sacra Varios productores se interesaron por utilizarla como nave de crianza |
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Raúl Pérez |
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ
18 de diciembre de 2013 Raúl Pérez, asesor de Guímaro y Algueira en la Ribeira Sacra, es uno de los elaboradores que se interesaron por la bodega monumental descubierta en Monforte, que los expertos creen que podría ser del siglo XVI o incluso anterior. El enólogo leonés, cuyos vinos alcanzaron en los últimos años una gran proyección internacional, adquirió en la zona del Bierzo una antigua bodega perteneciente a la diócesis de Astorga, que ahora sirve de escenario a uno de sus innumerables proyectos vitícolas con ramificaciones en el Douro, Sudáfrica o Chile. «La bodega que apareció en Monforte es algo increíble. Esa herencia microbiológica no se encuentra en cualquier lugar», señala al otro lado del teléfono.
-¿Buscaba esas condiciones cuando compró la bodega del Cabildo?
-La bodega del Cabildo de Salas es mucho menos antigua que la de Monforte. Se mandó construir en el año 1819 para recoger los diezmos en vino o en cereal para la diócesis de Astorga. Pero también tiene un importante patrimonio histórico a nivel microbiológico. Eso es lo increíble de las bodegas antiguas, la herencia genética que se forma con los siglos.
-¿Se puede aprovechar la herencia genética de una bodega centenaria en las técnicas de elaboración?
-Las condiciones que ofrecen ese tipo de bodegas son únicas. Se puede trabajar casi sin soporte artificial, sin control industrial de temperatura, suprimiendo todos los sistemas de apoyo. Luego está la contaminación del ambiente por las levaduras que se han ido aclimatando, que es todavía más valiosa porque siguen ahí esperando a que le saques partido. En esas condiciones es muy difícil que aparezcan problemas en la crianza de un vino, incluso sin adición de sulfuroso.
-¿Son diferentes los vinos que elabora en la bodega del Cabildo?
-La misma uva, los mismos sistemas de elaboración e incluso los mismos pies pisando los racimos dan vinos completamente diferentes según los hagas en La Vizcaína [la nueva bodega de Raúl Pérez en Valtuille] o El Cabildo. En iguales condiciones, vas a probar vinos que no se parecen para nada. Hace más de 150 años que se hacían vinos en El Cabildo. Las levaduras permanecen, no se mueren. En esas bodegas siempre vas a encontrar una contaminación por microorganismos, unas familias de levaduras que se reprodujeron después de tantos siglos y que imprimen unas características muy especiales al vinos. Si alguien se decide a elaborar en la bodega que apareció en Monforte seguro que acierta de pleno, y lo digo después de estar en ella. Sus condiciones son extraordinarias.
Orígen información: La Voz de Galicia y La Voz de Galicia
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