Aldi... KARL ALBRECHT (1920-2014). De la tienda a los supermercados
Aunque tenía dos hijos, su patrimonio empresarial lo controlarán dos fundaciones

Los orígenes de la empresa fueron muy modestos. Lejos queda ya la fotografía en blanco y negro de la tienda de ultramarinos de Karl Albrecht, donde se vendían bananas a 59 marcos en Essen, el corazón de la cuenca del Ruhr, la región minera e industrial por antonomasia de Alemania y, por ende, de Europa. Por ello la historia de los Albrecht, Theo y Karl, acostumbra a presentarse en la prensa económica y escuelas de negocios como un ejemplo de esfuerzo y constancia empresarial, que permitió a estos dos hermanos, hijos de padre minero y madre tendera, llegar a amasar la mayor fortuna de Alemania gracias a su idea de un supermercado que ofreciese precios bajos a los compradores sin incurrir en grandes costes.
A pesar de su fortuna y del indiscutible éxito e influencia de su modelo de negocio -piénsese solamente en su competidora inmediata, la también alemana LIDL, con un volumen de ventas de 48.900 millones de euros-, Karl Albrecht era conocido por su discreción y vivía retirado de la vida pública. Cuando le preguntaban por su éxito, le quitaba hierro al asunto respondiendo con un sencillo: "Tuve suerte".
"Era un empresario justo y siempre previsible y un hombre que vivió con convencimiento y en base a sus valores cristianos. Era un ejemplo", escribió el grupo Aldi Süd sobre su fundador en un comunicado de prensa. "Estamos orgullosos de la cultura conseguida por él y continuaremos con ella. Nos inclinamos ante él. Nuestras condolencias a toda la familia", agrega el comunicado del grupo empresarial en el que Karl Albrecht ocupó puestos de responsabilidad hasta que cumplió los 75 años. El también empresario Heinz Deichmann, propietario de una conocida cadena de zapaterías, se unió a las condolencias del mundo empresarial en el Frankfurter Allgemeine Zeitung: "Le aprecié mucho como persona. Su modestia y simpatía siempre me impusieron".
Karl Albrecht falleció la semana pasada en su villa de Bredeney (Essen). Fue enterrado el pasado martes en Essen, en una ceremonia íntima, de acuerdo con los deseos de la familia. Deja esposa y dos hijos. Su patrimonio empresarial pasará a ser controlado por dos fundaciones, tal y como había fijado en su testamento.
Orígen información: La Vanguardia
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