La comunicación es la clave del valor de un AOVE
Llegar al consumidor es la clave para dar categoría a un concurso
El Consejo Oleícola Internacional quiso poner orden en este maremágnum de concursos hace unos meses, pero parece ser que cada “Reino de Taifas” quiere mantener su chiringuito al margen de que cualquier control o nuevas reglas. De alguna manera se vuelve a poner de manifiesto que el negocio de los concursos es precisamente eso; un negocio muy lucractivo en el que un 31% de las empresas invierten más de 1.500 euros al año (según información elaborada por Olimerca, en base a una encuesta on-line durante el mes de diciembre). Y curiosamente el 51% de las almazaras invierte menos de 1.000€.
Pero ya no vamos a hablar si es caro o no participar en estos concursos o premios, porque da igual que cuesten 90 o 200 euros, si al final los mismos no tienen ninguna repercusión sobre la demanda de estos aceites virgen extra en los mercados. Seguro que muchos de ustedes coincidirán conmigo en que prácticamente ningún consumidor conoce qué son los Premios Mario Solinas, uno de los concursos con más prestigio y rigor de todo el mundo.
Y llegados a este punto, ¿de qué les sirve a los productores llenar sus estanterías de numerosos trofeos y diplomas cuando la distribución comercial ni siquiera se interesa por ellos?
Está claro que el gran error de todos los concursos es que después de llevarse el dinero y de dar alguna que otra medalla, se olvidan de comunicar y de promocionar a la gran distribución agroalimentaria y a los grandes operadores las bondades y cualidades de esos AOVE que han destacado en esa campaña.
Está muy bien contar con unas bases sólidas de concurso, un Panel de Catadores inmejorable, una imagen de seriedad contrastada de profesionales, pero todo ello se quedará en "agua de borrajas" si después no hay una continuidad del proyecto en materia de comunicación y promoción que valorice estos premios de cara al consumidor.
Orígen información: Olimerca
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