Bodegas Valdivia se inclina por un público elitista en sus visitas

Valdivia se inclina por un público elitista en sus visitas

03/09/2007 02:52 MARÍA VALERO

JEREZ. Bodegas Valdivia ha puesto en marcha un nuevo programa turístico. El programa "Jerez vs Oporto, un viaje por el tiempo" organizado por esta bodega, en colaboración con el Museo de la Atalaya y con las bodegas Sandeman, tres miembros destacados de la ruta del vino en Jerez, nace de la filosofía de romper las barreras de las marcas. Para Eduardo Serrano, gerente de Villa del Duque, esta iniciativa es un producto del "nuevo turismo de calidad, en la que se realiza una visita comparativa entre dos vinos fortificados, como es el Jerez y el Oporto". La finalidad de estas visitas no es la descalificación del Oporto sino que "el enoturista encuentre en ella los conocimientos suficientes como para poder distinguir las singularidades y conocer las diferencias en su elaboración", apunta Serrano.
La iniciativa puesta en marcha por estos tres miembros de la ruta del vino comienza con la entrada en bodegas Valdivia, en la que el turista comprueba cómo se hace un vino de Jerez y especialmente el brandy, para terminar con una amplia degustación. El Museo de la Atalaya es el segundo de los destinos de esta ruta en el que se descubre la importancia que ha tenido el sector del vino tanto económica como socialmente. La visita termina en bodegas Sandeman, donde se hará la comparativa entre el Oporto y el Jerez con la consiguiente cata de vinos. Esta iniciativa ha tenido una gran acogida entre el público tanto extranjero como nacional. En relación con este aspecto, Serrano señala que "no es un producto de masas, es más bien elitista, en el sentido de la búsqueda de conocimientos. Es satisfacer al visitante de bodegas que quiere saber más, que busca algo más de una bodega". Uno de los objetivos de este itinerario es que el visitante salga de las bodegas de la ruta del vino defendiéndose en una conversación sobre los vinos de jerez,. "Que se convierta en un embajador nuestro y nos respalde", apunta Serrano y añade que hay un cierto desconocimiento de la población, entre los 18 y 35 años, en materia de vinos. "La culpa es de las bodegas de Jerez. Si uno se fija se da cuenta que los esfuerzos de comunicación no se han hecho, hasta hace unos años, hacia el mercado nacional" declara Serrano.
Esta no ha sido la única alternativa a la tradicional visita a una bodega. En estas instalaciones ya se han realizado visitas guiadas para el público sordo-ciego, "fue difícil prepararlo porque tienes que desplazar a muchos traductores, pero valió la pena el esfuerzo", añade Serrano. Además, el público infantil encuentra en sus visitas alicientes con los que descubrir la cultura del vino desde pequeños "realizamos talleres y juegos para los niños. Por ejemplo, al inicio de la visita se les entregan unos cuadernos, como si fueran unos diarios, con el objetivo de que el niño no se aburra y participe de forma activa durante el recorrido. Así, tanto los padres como ellos disfrutan".

Oríen información: diariodejerez.es