Hoy me siento esplendido y quiero compartir en el blog una exclusiva.Voy a presentar un vino recién salido al mercado y en el que tengo una especial confianza.Nace en la bodega Pago de San Gabriel que Luís Olarra tiene en Castejón, Navarra, España. Esta adscrita por tanto a la D.O. Navarra, aunque si estornudas te plantas directamente en la D.O.C. Rioja. Cosas de la geografía política y/o administrativa. Y a la inversa, claro.Todas las hectáreas de viñedo crecen junto a la bodega, a su alrededor. Se han plantado variedades foráneas que le otorgan al vino un excelente sello de afrancesado, en el buen sentido de la palabra.El coupage del vino es, todavía, raro de encontrar por estos lares y es utilizado por no muchos fuera de los límites de la comunidad. Me parece una apuesta arriesgada pero con garantías de éxito ya que por una zona llamada Burdeos, donde deben hacer buen vino, ya llevan unos años con estas uvas.Zubiola 2005.Vino tinto con contraetiqueta de cosecha pues la crianza no pasa de once meses. Esta se realiza en barricas, sobre todo francesas, de las mejores tonelerías y con varios tipos de tostados.Cada variedad se vinifica y se cría por separado y no se mezclan hasta que, tras catas continuas, se tienen claras sus proporciones.Se elabora con Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc y Merlot. Imaginad las sensaciones de cata. A fecha de hoy lleva aproximadamente tres meses embotellado.A la vista se presenta con un color picota casi cubierto con ribete granate. Lágrima densa. Intenso, brillante. Tremendo.En nariz es muy aromático presentando una evolución continua e interesante. Tiene mucho de que hablar y lo hará más en cuanto vaya madurando. Aún es joven, nada tímido ni introvertido, muy simpático pero tiene que ir puliendo maneras.Fruta roja y negra. Madera muy fina perfectamente acoplada. Especias. Levemente floral. Chocolates y breas. Balsámico y mineral. Elegante y complejo.En boca se muestra amable, comedido. Más bravo al día siguiente, como si hubiese tomado un exceso de confianza.Tiene una tanicidad lógica pero se nota la mano de la Franc, que ablanda la rudeza y la potencia del Sauvignon. Nada molesto en boca, aunque su edad anime a pensar lo contrario. Pero es pronto para valorar todo el potencial que poco a poco iremos descubriendo.Cuerpo medio. Largura notable. Buenos cimientos para un vino que se muestra sugerente en boca, amplio, con unos tostados bien marcados y unos matices varietales que nos hacen disfrutar desde la dulzura y la frescura inicial hasta del excelente toque amargo final que prolonga el recorrido del vino.La Guarda de Navarra lo recomienda, teniendo en cuenta que lo tengo en la distribución, sin ninguna duda.A nadie, con quien lo he compartido, le ha dejado indiferente. Todos me han hablado maravillas, por lo menos mientras les encañonaba con mi arma.
Orígen información: La Guarda de Navarra
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