Paisaje embotellado

Paisaje embotellado

Jesús Puelles expone en una cata sincera y sin artificios de sus vinos para lomejordelvinoderioja.com su visión del 'terroir' de Ábalos y la Sonsierra
28.05.09 - A.GIL LOGROÑO

El bodeguero explicando uno de sus vinos. /JUAN MARÍN
LA FICHA
Los vinos de la cata
Puelles, blanco 2007: un blanco de viura joven y fresco.
Puelles, crianza 2006: el crianza de la casa de una gran añada.
Puelles, reserva 2001: un clásico en el mejor sentido.
Puelles, gran reserva 1997: el hermano mayor de los clásicos.
El Molino 2005: vino de la finca del mismo nombre.
Zenus 2001: el vino de las cepas más viejas.
Un sueño hecho realidad. Así define el propio Jesús Puelles la historia vitivinícola construida por su familia en torno a las viñas de Ábalos, en las que su padre elaboraba vino para vender a bodegas comercializadoras. Sometidos al vaivén de los precios, en 1974 la familia decide montar el vino en la furgoneta y acudir a los mercados vascos. Dura competencia aquella del 'chiquiteo', en la que los Puelles trabajaron durante casi dos décadas hasta que Jesús, convencido y admirador del modelo bordelés, decidió entrar en el mercado del valor añadido: la crianza, restringida hasta 1992 a las grandes bodegas por una injusta norma que exigía un mínimo de 500 barricas para entrar en el club de los vinos envejecidos.
Fueron la concesión de la Calificada y la presión de las bodegas familiares de Provir, presididas entonces por Jesús Puelles, lo que permitió reducir a 50 el mínimo de barricas para criar vino y cuando comienza a forjarse la bodega, el chateau, que la familia Puelles ha construido en torno a las 3,5 hectáreas que los dos hermanos, Jesús y Félix, heredaron en Ábalos y que en la actualidad suman 20. De dichas fincas, con la compra de pequeñas partidas de blanco, salen los vinos de Puelles, que ayer presentó el bodeguero en una sincera cata para lomejordelvinoderioja.com
El Puelles blanco 2007 abrió 'fuego'. Un vino de viura y un 5% de malvasía de cepas viejas, de las que antaño se ponían en las cabezadas de las fincas de tinto para aportar acidez y frescura. Cultivado a casi 600 metros de altura en una de las zonas más frescas de Rioja, el vino muestra «aromas a frutas verdes, blancas y cítricos», describe el bodeguero. «La viura no es grandiosa -explica-, pero si está bien elaborada tiene su atractivo». El debate de las nuevas uvas autorizadas por el Consejo no pasó inadvertido y, si bien Puelles defiende la viura, no es contrario a la apertura: «Soy viticultor, y a lo mejor a alguno le puede extrañar, pero no me gustan nada los corsés, más que nada porque lo que no hagamos nosotros lo harán otros».
El Puelles Crianza 2006 es ejemplo de terroir, sin estridencias ni aparatajes, lo que se traduce en vinos a precios razonables. Un tinto con la madera integrada hecho exclusivamente con viñas propias de Ábalos, que no destaca por estructura, pero en la que el tempranillo muestra su elegancia y la franqueza de la tierra. «Ésta es una zona privilegiada, alta, fresca con buena exposición norte sur y suelo arcillo calcáreo, que da vinos atlánticos con más acidez y frescura de la habitual», explica el viticultor. De ello es ejemplo el crianza: en una añada 'achicharrada' en algunas zonas, la 2006 es una de los mejores cosechas para Puelles.
Tras el crianza, el bodeguero entra en la línea clásica. El Puelles Reserva 2001 y su hermano mayor, el Puelles Gran Reserva 1997. «Antes la gente se quejaba cuando se acababa una añada, ahora te piden cuando vas a sacar el año siguiente sin haber empezado el que toca». Los gustos han cambiado, pero Puelles no renuncia a los vinos clásicos: «El tempranillo es la elegancia, la finura en una zona como Rioja, con lo que en estos vinos la redondez es casi extrema». Puelles combina en ambas crianzas las maderas francesas y americanas. «Normalmente la gente señala el roble francés como el mejor, pero en crianzas largas es conveniente también el americano».

Origen información: Rioja.com