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miércoles, 23 de diciembre de 2009

LOS NOMBRES Y LAS COSAS

LOS NOMBRES Y LAS COSAS

Ideas contra números

MAR GALTÉS - Barcelona - 20/12/2009

"El dominio que los financieros ejercen en las empresas ha destruido las multinacionales del sector"
Xavier Oliver Conti fue director general, consejero delegado y presidente en España del grupo BBDO; pasó treinta y dos años en el que ha sido considerado uno de los referentes en publicidad: "Fuimos los amos de la banda, la agencia más deseada de España". Lo dejó en marzo del 2007, de forma más bien traumática, y en plena transformación del sector. Xavier Oliver Conti (Barcelona, 1948) ha rehecho su vida profesional como consultor, profesor del Iese y de la Universidad de Navarra, presidente de una empresa de comunicación. Y también como autor de libros, entre ellos ¿Publicidad?, no thank you!,en el que se despacha a gusto contra "el dominio que los financieros ejercen en las empresas y que ha destruido las multinacionales del sector".

"Tú has tenido la valentía..., nosotros no nos atrevimos a decirlo", dice Oliver que le han dicho la mayoría de sus colegas, como Joaquin Lorente o Luis Bassat. "A Martin Sorell (el dueño de WPP, el mayor grupo publicitario del mundo) no le gustaría..., pero es que no le gusta nada". Es compartida en el sector la opinión de que los grandes grupos de publicidad viven ahogados por el corto plazo y están perdiendo la sensibilidad del trabajo creativo. Y que muchos de los que fueron sus popes han salido, por piernas o invitados a salir, porque ya han hecho su negocio o porque tocaba recambio generacional.

Ahora, Oliver no se corta un pelo. "No es una venganza, ni una catarsis, nada de eso. Me limito a proponer lo que creo que tiene que ser el modelo de gestión de futuro". Con la desinhibición que da la edad, la experiencia, una situación acomodada y estar fuera de ataduras corporativas y jerárquicas, Oliver explica que "antes nos importaba el trabajo bien hecho. Esto requiere gente buena y con sueldos altos, y significa que tendrás buenos clientes, buena reputación. Pero cuando en la cadena de valor pones el dinero antes que las personas y las ideas...". Él dice que dimitió el día en que le obligaron a despedir a 150 personas. "Primero puedes tocar pitufitos, pero después si has de tocar la médula...".

Durante esos años, Oliver Conti tuvo en sus manos la responsabilidad sobre nueve empresas, 1.200 personas. "Todas las crisis económicas han afectado a la publicidad: en 1992 sufrimos mucho, tuvimos que ajustar la plantilla, pero se hizo de forma racional". El problema, dice, es "cuando el consejo decide que hay que crecer a doble dígito a cualquier precio. Esto destroza las compañías. Por eso ahora quien está destacando son los independientes: pueden ganar menos o dejar de ganar un año, no pasa nada".

"Los financieros son fundamentales: debe haber gente que sepa y controle los números. Lo que no puede ser es que tengas que dejar de hacer tu trabajo y pasar mucho tiempo intentanto justificarles por qué tienes 1.242 empleados, y no unos más, o unos menos. O que te digan: este mes no ha ido bien, despide a alguien". Y pone nombres a los culpables, como los Saatchi, porque fueron los primeros en vender su agencia, y Jim Canno, el director financiero de BBDO con quien no ha hablado nunca más.

La trayectoria de Oliver es poco convencional y determinada en parte porque "hablaba idiomas". El bisabuelo Conti llegó de Italia a Barcelona a finales del siglo XIX y montó el bar Torino en Gran de Gràcia, y el abuelo creó las tiendas de moda Conti. "Y los Oliver vienen de Escocia". Xavier Oliver se licenció en Económicas en Barcelona, y acudió a un anuncio de la FAO (la ONU para la agricultura y la alimentación): desde Jerusalén realizó un mapa de la producción agrícola de Oriente Medio; "vivía en la Maison de Abraham, una casa de acogida por la que pasaban patriarcas, rabinos de todo el mundo". Su interés por el tema religioso se vio recompensado en 1975 con un encargo del World Council of Churches para estudiar la realidad religiosa en Jerusalén. "Siempre he sido un meditador nato, pasando por el zen, los grandes gurús del silencio... Si no eres feliz tú, nunca podrás hacer felices a los demás". Al volver pasó un año en Montserrat y fue ermitaño en Camprodón, pero un monje le recomendó que no ingresara: "Harás más bien fuera que dentro".

Así que, puesto a buscar trabajo, "mi hermano Carlos, que conoce a todo el mundo" (llevaba las tiendas), le encontró un puesto en Tiempo Synergie. "Empecé haciendo fotocopias...", hasta que, siendo ya Tiempo BBDO, le mandaron un mes a la sede en Nueva York. "Allí conocí al presidente, Bruce Crawford, y muchos días me invitaba a desayunar...".

Oliver descubrió el sector a lo grande, y cuenta que a la vuelta "le dije al presidente Leopoldo Rodés: ´Tenemos una agencia que es una mierda´. Y montamos un comité de dirección, con Jordi Vilajoana, Remacha y Miret...

En esa época floreció Tiempo...".

Hacia 1991 montó las bodegas Oliver Conti en el Empordà, que dirige su hermano menor, Jordi. Produce unas 100.000 botellas, "es una gran satisfacción y será una compañía rentable". También ha escrito otro libro, con ÁngelAllorza, directivo del BBVA, Atrapados por el consumo."Me gusta comprar libros o discos, pero ropa, no". Padre de tres hijos, de 23, 15 y 5 años, tiene "casi todas las aficiones que se pueden tener": submarinismo, esquí, trenes eléctricos, la lectura compulsiva, la música clásica, el canto coral (participa en un coro de música religiosa bizantina), navegar... "Al final de esta época de especuladores está la esperanza", proclama en su libro. "A lo que juego ahora es a ayudar a la gente: consulta, clases, libros. No quiero volver a hacer como los americanos: ya no trabajo por dinero".

Orígen información: La Vanguardia

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