Queremos exportar a 80 países y el Eminasin será uno de los baluartes

«Queremos exportar a 80 países y el Eminasin será uno de los baluartes»

Carlos Moro_ Presidente del Grupo Matarromera
Disminuir tamaño del textoAumentar tamaño del texto
F. HERAS
«El sector necesita renovarse y seguir el ejemplo de los grupos cerveceros»
—¿El sector necesita renovarse?
—Sí, está claro. Si tenemos una juventud que no bebe vino, ¿que podemos hacer? Tenemos un producto natural que es la uva, con todas las ventajas del vino, con su contenido en polifenoles y antioxidantes. El camino ya está muy trazado, porque ahí está el ejemplo de la cerveza, aunque son grupos más fuertes y con mayor capacidad de inversión y de comunicación conjunta y lo han hecho muy bien. Venden su cerveza normal, desarrollaron su cerveza sin, que es la que tiene menos de un grado, y posteriormente la 0,0. Hay muchos colectivos que no pueden tomar alcohol y sí pueden consumir Eminasin.
—¿Qué presupuesto destinarán a la I+D+i en 2010?
—Alrededor de 3,5 millones de euros, una cifra que se mantendrá porque hay proyectos comprometidos para seguir así durante los dos o tres próximos años.

JULIA GUTIÉRREZ Publicado Jueves , 25-02-10 a las 13 : 28
Grupo Matarromera ha recibido el Premio a la Internacionalización Empresarial de Castilla y León 2009 que concede la Consejería de Economía y Empleo de la Junta. Su presidente, Carlos Moro, desvela que las claves para conseguirlo se basan en aplicar criterios de innovación para mejorar sus productos y lanzar las novedosas propuesas que están introduciendo en el mercado exterior, donde tienen presencia en más de 50 países. El bodeguero, sin embargo, asegura que seguirán ampliando su cartera de clientes en todo el mundo.
—Acaba de recibir un Premio a la Internacionalización. ¿cuáles han sido las claves para conseguirlo?
—Entiendo que el premio es un reconocimiento a todo el conjunto que forma la empresa,porque aunque yo soy la cabeza visible, detrás hay todo un trabajo de mucho tiempo y muchas personas. Matarromera nace con una vocación absolutamente internacional, para nosotros era un objetivo claro. La tecnología e investigación, el enoturismo de máxima calidad, es más, la excelencia, son guías que nos llevan.
—¿Cómo se refleja?
—Situamos nuestros productos, no sólo vinos, también destilados o turismo y próximamente cosméticos. Se trata de ir creando una red de internacionalización y distribución y en algunos casos incluso de producción. Tenemos unos 90 distribuidores en el exterior y presencia en más de 50 países con un incremento progresivo de la facturación. Estamos fomentando la visita de enoturistas desde otros países, básicamente de Rusia y China. Un viaje reciente a Vietnam ha abierto esa nueva posibilidad.
—¿Sobre qué bases se asientan estos parámetros?
—En la formación del personal, la actitud de la dirección, la selección de personas que tengan los conocimientos e idiomas adecuados (en un momento determinado se podía explicar la historia de las bodegas en diez idiomas, ahora nos hemos quedado con seis o siete, pero lo recuperaremos). A todo ello se suma la participación en la mayoría de las acciones que hemos podido utilizar de las administraciones públicas: la acción de Excal es importantísima, así como las de la Consejería de Agricultura, de las Cámaras de Comercio, las actividades del Icex, todas las misiones inversas y comerciales... Próximamente vamos a Dubai, a una feria de alimentación a la que no puede ir ninguna bodega porque no se permite el alcohol, pero Emina va con vino sin alcohol.
—Eminasin está teniendo mucha aceptación en determinados países...
—Está siendo muy bien valorado por distintos enfoques: en la zona nórdica porque la cultura de la salud lleva a consumir vinos sin alcohol, en los países árabes porque es un sustitutivo del alcohol, en los de índole ecuatorial porque es un refresco estupendo, sobre todo en lata. Tendrá un desarrollo grandísimo, según los expertos. Por ejemplo, no exportábamos a Italia porque es dificilísimo y estamos llevando Eminasin. También estamos abriendo caminos en África Central.
—Están en más de 50 países. ¿Ampliarán su cartera?
—Sin duda. Nuestro plan estratégico prevé llegar a cerca de 80 en el más breve espacio de tiempo posible y yo espero que el Eminasin sea uno de nuestros baluartes para exportarlo.
—Ante estos datos y teniendo en cuenta que en España sigue descendiendo el consumo, ¿el futuro está en el exterior?
—No podemos olvidar España porque sigue siendo un consumidor importante. Hay que educar a las nuevas generaciones en la moderación y el consumo responsable e incrementar el consumo de vino sin alcohol pero no cabe duda que en nuestra tierra el sector agroalimentario tiene que lanzarse al exterior. Indudablemente. Tenemos un territorio amplísimo, cerca de 100.000 metros cuadrados, y ayudamos a crear empleo en el ámbito rural y a asentar población. Parte de la producción tiene salir hacia donde hay consumo máximo. Por eso indefectiblemente tenemos que exportar en todos los sectores alimentarios, y en el del vino más porque somos especialistas. Hay mucho plantado, ahora mismo casi exceso de producción y la habrá más y tenemos un potencial enorme.
—¿Qué presencia tiene el sector en el extranjero?
—En muchísimos países no estamos representados, como por ejemplo en la parte oriental, donde sí lo están franceses e italianos.
—Sin embargo, en México son muy conocidos...
—En los países de América Latina Matarromera y Emina son marcas punteras. Según los datos de nuestro importador, Matarromera es la marca española de más de 20 dólares más vendida en México. En Costa Rica también es una de las más conocidas, en República Dominicana, Puerto Rico... En EE.UU. estamos en unos 14 estados, pero todavía nos parece insuficiente. En Polonia y Suiza nuestra presencia también es importante.
—¿Qué parte de la producción destinan a las exportaciones?
—Hemos llegado a exportar el 42 por ciento, pero a medida que vamos introduciendo nuevas bodegas y vinos el porcentaje baja porque abrir mercado para las novedades lleva su tiempo. Nuestro objetivo de forma inmediata es situarnos en un 35 por ciento.
—¿Crearán alguna delegación fuera de España?
—Hemos pensado en la posibilidad de abrir sendas filiales en un par de países importantes. Es un poco prematuro hablar de ello pero hay dos lugares en los que hay que operar de manera especial: China y EE.UU.. Todavía no se puede decir cuándo será porque se tienen que dar las condiciones apropiadas, los apoyos, y eso lleva un poquito de tiempo. Es mejor hacerlo bien que poner fechas.
—¿Podría hablar de algunas de sus novedades?
—En vinos, la primera punta de lanza ha sido Matarromera y la segunda Emina. Luego viene nuestro Emina Blanco, para el que que acabamos de instalar una bodega en Medina, o los vinos de Toro que acabamos de incorporar, además de caldos especiales y toda la gama sin alcohol o la de vinos en lata, que son orientaciones diferentes. Tenemos pendiente de desarrollar toda una línea de licores y brandis en el exterior, y otra de cosméticos.
—¿Cuáles son sus recetas para sortear la crisis?
—En agosto de 2007 vislumbramos la crisis, era evidente. Lo primero que hicimos fue empezar a realizar presupuesto base cero, nuevamente análisis de todo lo que teníamos que hacer, como y con qué costes. Aunque somos muy austeros en los planteamientos nos sobraron gastos innecesarios. Hemos seguido invirtiendo en la empresa y contratando personal pero reorientando las acciones. Se ha incrementado nuestra actitud para la exportación, hemos seguido manteniendo la novedad y la modernidad, el desarrollo de nuevos productos como Eminasin, que es sólo uno de los 32 proyectos que el Grupo tiene en marcha. El vino sin alcohol nos está ayudando a presentarnos en Dubai, dentro de unos días, en Nigeria, en Cabo Verde, en Ghana o el monopolio de Suecia.
—¿Entonces la innovación es una de las claves de su éxito?
—La innovación, dar mayor valor añadido a los productos, es fundamental. También lo es la formación y la organización interna. Nuestros sistemas informáticos para la trazabilidad fueron pioneros en bodegas en 2004 y sin embargo en 2008 volvimos a actualizarlos.
—¿Las suyas son bodegas sostenibles?
—La reducción de costes energéticos es fundamental. Matarromera es el grupo bodeguero con mayor índice de sostenibilidad de todos los que conocemos, lo que nos está llevando a resultados de mejora. Por ejemplo, la caldera de biomasa que se implanta con un concepto principalmente ecológico, al final nos renta económicamente. Igual ha ocurrido con la instalación de sistemas de producción de energía solar, tanto térmica como fotovoltaica, que también está siendo rentable.
—¿Qué opinión le merece la denominación Viñedos de España que el Gobierno se empeña en implantar?
—Nosotros apoyamos todo lo que tiene que ver con la internacionalización, pero hay que tener mucho cuidado en la forma de orientar las cosas. El valor añadido de los productos está en conseguir cualificarlos y valorarlos. España tiene unos vinos excelentes y ha optado por la línea de las denominaciones de origen, que ya son 60. La homogeneización de conceptos que pretende llevar a cabo el Gobierno central no es la más idónea porque se está vulgarizando la idea de calidad y eso puede que no sea beneficioso para los vinos de España. Algunas denominaciones son las que están consiguiendo acreditaciones, buenas puntuaciones, aceptación fuera del país, por lo que si ponemos como representación a cualquier vino que no tenga denominación, lo que estamos haciendo es perder la potencialidad de los vinos de calidad.

Origen información: ABC