Según el instituto DIW, Alemania y España han registrado un fuerte descenso de los salarios reales en años de vacas gordasUna década de menguante poder adquisitivoANDY ROBINSON - Hamburgo - 25/01/2010
Un nuevo descenso de los salarios reales amenaza las posibilidades de recuperación
España se encuentra a años luz de Alemania en baremos como la productividad y el empleo. Pero ambos países tienen algo en común, segun Karl Brenke, economista del instituto berlines DIW, en su último informe: son los dos países europeos en los que el trabajador medio ha perdido más poder adquisitivo en la década de los 2000. Comparten incluso algo más: empresarios y economistas piden recortes salariales para mejorar la competitividad de sus respectivas economías.
En Alemania, el salario real medio - es decir, el poder adquisitivo de un trabajador medio sin incluir el endeudamiento-ha caído un 9% entre el 2000 y el 2008, un periodo durante el cual la economía alemana ha gozado de excelente salud. Mientras la máquina exportadora germana se ha perfeccionado hasta tal punto que ha registrado superávit comercial con China, la clase trabajadora más organizada y más productiva de la zona euro pierde terreno a ritmo de vértigo. "Nunca habíamos visto un descenso de salarios como este durante años de crecimiento y subidas de la productividad", dice Brenke, especializado en mercado de trabajo. "Europa del Este se ha convertido en el referente para los salarios en el sector manufacturero, mientras que en el sector servicios ya tenemos muchos miniempleos a 400 euros al mes por 10 o 15 horas por semana", añade.
En países como el Reino Unido, Irlanda, Grecia, Finlandia o Dinamarca, el salario real ha subido desde el 2000. Pero los trabajadores alemanes han perdido más poder adquisitivo que nadie, según el ranking de Brenke. Y España le pisa los talones. Ha registrado un descenso del salario real del 7% desde el 2000 y desde una base muy inferior.
Y eso fue el boom. Desde el inicio de la recesión los salarios nominales están cayendo en toda Europa - un 0,5% en Alemania y el 3,4% en España-,aunque la estabilidad de precios protege en cierta medida el poder adquisitivo. Un repunte de la inflación, tal como se espera en los próximos meses, impulsada por los precios energéticos tendrá un duro impacto sobre los salarios reales. "Existe el peligro de que una lenta recuperación y mayor exceso de capacidad productiva ejerzan más presión bajista sobre los salarios", advierte Graham Tuner, de GFC Economics en Londres.
En la década de los 2000, el gran ganador en Alemania ha sido el capital. El porcentaje de toda la renta generada anualmente se divide entre rentas de capital y rentas de trabajo. Desde el 2000 el trozo del pastel correspondiente a los beneficios ha subido siete puntos del 32% al 39%, mientras que los salarios han caído al 61% pese a importantes subidas de la productividad. En general, "se ha producido un desplazamiento de renta en favor de quien vive de las inversiones y los autónomos", dice Brenke. En España - donde el crecimiento de la productividad ha sido muy bajo comparado con Alemania-los costes laborales unitarios han subido cuando en Alemania han caído. Pero la tendencia en favor de los beneficios es parecida en la ultima década y media. El trozo del pastel económico correspondiente a los asalariados ha caído del 70% al 60% desde mediados de los años noventa.
La pérdida de terreno del trabajador alemán frente al empresario ha causado problemas de la demanda porque "el aumento de los beneficios no se ha trasladado a una subida de la inversión privada en la economía alemana", añade Brenke. Mientras tanto, lógicamente, "el consumo se ha estancado" en Alemania. La fuente de crecimiento para Alemania, pues, ha sido la demanda procedente de países deficitarios como el Reino Unido, EE. UU., y en la zona euro España o Grecia. "Con el euro, Alemania ha protegido a sus exportadores", dice Yanis Varoufakis, de la Universidad de Atenas.
Pero en España, con salarios reales a la baja, la única manera de mantener el consumo ha sido mediante el endeudamiento. Ya ahora tras el pinchazo, mientras todos piden más recortes del salario real, existe un grave riesgo de una espiral bajista de la demanda, advierte Brenke. "Necesitamos un aumento de salarios reales en Alemania. Tampoco sería buena idea que España redujera salarios, porque vamos a hundirnos los unos a los otros".
Origen información: La Vanguardia y El País -Forges-
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