lunes, 14 de diciembre de 2015
La presidenta de AEMO, Ana María Romero, pide calma al sector productor ante la acelerada bajada de precios del aceite de oliva
La
campaña oficial en España comenzaba el 1 de octubre de 2015 con unas
existencias totales de 180.000 toneladas, lo que puede considerarse un
mínimo técnico, lo justo para abastecer el mercado apenas dos meses, y
con una previsión de cosecha para 2015/2016 que ronda 1.300.000
toneladas.
Estos
dos datos hacen que nos encontremos ante una campaña ajustada para
abastecer lo que España ha vendido en el último año, que son 1.350.000
toneladas entre mercado exterior y mercado interior, es decir, si se
cumplen las previsiones, tendremos el aceite justo para abastecer
nuestros mercados y enlazar la próxima campaña con unas existencias
también mínimas.
Con
estos datos no se explica un derrumbe acelerado de los precios del
aceite de oliva en las puertas de las almazaras españolas, puesto que
las previsiones mundiales de producción, según el Consejo Oleícola
Internacional (COI) son de 2.600.000 toneladas frente a un consumo que
ha llegado a 3.000.000 toneladas, lo que está en línea con los números
de España, habiendo comenzado también los demás países con existencias
limitadas.
Por
tanto para explicar la bajada de estos precios habrá que buscar otras
razones diferentes al análisis objetivo a medio y largo plazo, en
nuestra opinión se ha producido por diversas causas más psicológicas, a
saber, por un lado los primeros olivareros en cosechar han querido
asegurarse operaciones a precios interesantes por lo que ofertaban sus
aceites cuando aún la aceituna esperaba a ser molida, por otro lado
existe poca liquidez en el campo dada la corta cosecha del año anterior,
lo que limitó la facturación en las fincas. Pero ante todo ha cundido
la incertidumbre, y eso siempre es negativo, al ver los productores como
cada día descendía el precio del aceite varios céntimos.
Con
la fuerte salida de oferta de los primeros aceites, los envasadores,
que compran al menor precio posible, han frenado la demanda lo que ha
acrecentado el descenso continuado y acelerado de precios. A día de hoy
el precio medio ponderado según el índice Poolred es de 2,9 euros/kg,
cuando a principio de campaña, hace apenas un mes, marcaban 3,8
euros/kg. Ante este planteamiento la presidenta de AEMO considera que
“ante todo debe mantenerse la calma en la oferta y hacer una valoración
objetiva de la situación, sin precipitarse en la venta y buscando un
equilibrio de precios que remunere al agricultor y permita seguir
avanzando en la comercialización”, según Ana María Romero “los extremos
no son buenos, ni lo son los precios excesivos que pueden hacer perder
mercado en el lineal, ni lo son los precios bajos que provocan pérdidas
en las cuentas de explotación de los olivicultores, como ha venido
ocurriendo en los últimos años”.
En
AEMO tenemos datos de los costes de producción de un kilogramo de
aceite de oliva en España y, aunque depende del grado de intensificación
y el relieve, podríamos decir que la media ponderada entre sistemas
ronda los 2,6 euros/kg, por tanto para que nuestros olivares sean
rentables el precio del aceite en origen no debe descender de 3
euros/kg. Por otro lado sabemos, por encuestas y estudios de consumo que
hemos realizado en los últimos años, que las ventas en el mercado
nacional y exterior se mantienen prácticamente estables cuando estos
precios se traducen en el lineal a valores de 4,0 euros/litro,
promediando las diferentes categorías comerciales. Por tanto si el
consumidor valora el aceite de oliva virgen como la grasa más sana de
todas las conocidas y está dispuesto a pagar un precio digno por ella.
¿Qué necesidad tenemos de venderlo como producto gancho?, ¿Por qué razón
tenemos que ofertar una garrafa de 5 litros a 15 euros cuando sus
costes son mayores?, ¿Qué razones hay para que productores, envasadores y
distribuidores pugnen cada campaña para marcar máximos y mínimos tan
distantes que perturban el mercado?”.
Ante
esta situación, nuestra presidenta pide calma a los protagonistas de
los municipios del olivo, los olivicultores, y hace un llamamiento para
que valoren su producto y se mantenga el precio del aceite en unos
niveles razonables, máxime en una campaña en la que no hay ninguna razón
para su hundimiento.
Orígen información: Mercados del Vino
Etiquetas:
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