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domingo, 21 de septiembre de 2008

Bodegas y Viñedos Gosálbez Orti


Bodegas y Viñedos Gosálbez Orti

Carlos Gosálbez: Pasión por la elaboración natural.
Una bodega de carácter muy personal basada en la agricultura ecológica.

Una pasión, el vino; una filosofía: la agricultura ecológica Y un concepto: la bodega personal, de dimensiones reducidas. El resultado es un vino cuyo carácter lo marca la tierra, la uva y su desarrollo natural.Primeros días de la década de los 90; Carlos Gosálbez llega a una de las encrucijadas existenciales que todo ser humano suele encontrarse en el discurrir de la vida. Con los hijos ya mayores, y próxima la jubilación, decide, en la medida de sus posibilidades, poner en práctica unos principios coherentes con su idea de sostenibilidad y de amor y respeto hacia la tierra. Su primera acción es comprar una terreno en Camporeal, provincia de Madrid, y empezar a replantarlo con toda clase de árboles (pinos, nogales, madroños, encinas...). En total 2000 plantas. Pero sigue teniendo terreno por reforestar, y un amigo local, le hace la siguiente sugerencia:<<>>. Así comienza la relación de Carlos Gosálbez con la uva. Una relación que empezó con el único animo de reforestar, no de hacer vino. En la plantación eligieron los mejores porta-injertos, los mejores cuidados y los mejores patrones. En los primeros años de cosecha vendían la uva; “Pero veíamos que la uva que vendíamos se pagaba igual que la uva de la producción extensiva, y el trato también era el mismo. Lo mismo se trataba una uva que venía toda aplastada, después de estar todo un día al sol, que la uva que llevábamos nosotros, en cajas, de una producción cuidada y reducida. Llegó un momento que tras repetidos años de vender la uva de esta forma y ver que estábamos perdiendo dinero recolectando la uva, se me ocurrió la idea de vinificar en la bodega de mi amigo, con tinajas de barro”. El resultado fue más que aceptable, por lo que Carlos decidió emprender la aventura de crear su propia bodega. Por aquel entonces, Estrella, la otra mitad de Bodegas y Viñedos Gosálbez Orti, se encontraba en plena actividad laboral, pero no dudó ni un instante en lanzarse al vacío con Carlos. “Hubo un hecho, un viaje, que nos marcó, porque la verdad es que no hicimos ningún estudio de mercado, y si lo llegamos a hacer, viendo los grandes grupos que se mueven en el vino nacional, no sé si hubiéramos empezado. Pero como te digo, estuvimos un verano por la Toscana italiana, y vimos como allí vivían tan ricamente bodegas, incluso más pequeñas que la nuestra, así que cada día que pasaba nos ilusionábamos más”. FUNDAMENTOS DE AGRICULTURA ECOLÓGICA.En el 99 empiezan a construir la bodega, en un solar donde antes hubo una granja de conejos, y en el 2000 inauguran las instalaciones. La misma filosofía que había llevado a esta pareja a reforestar sus terrenos, a principios de los noventa, les llevó, en los primeros días del siglo XXI, a cultivar sus viñas bajo la denominación de agricultura ecológica; una ideología, pero también, páginas y páginas de legislación. “La agricultura ecológica es reinventar lo inventado, es volver a lo que ya utilizaban nuestros tatarabuelos. No utilizamos pesticidas, no utilizamos insecticidas y no utilizamos abonos minerales de producto de síntesis. Por lo tanto, para prevenir las plantas de posibles enfermedades empleamos azufre en polvo, y caldo bordolés, dos sustancias de contacto que no dejan residuos. Como abono usamos residuos animales, ya compostados, para que no tengan semillas activas. Y contra las malas hierbas, como no usamos herbicidas, usamos la acción mecánica de arrancarlas, unas veces con brazos articulados y máquinas, y otras muchas directamente con el azadón”. Legislación ecológica que también marca ciertas premisas a la hora de elaborar el vino y de usar conservantes; el único que se puede utilizar en este tipo de agricultura es el anhídrido sulfuro, "y con muchas limitaciones; mientras la industria del vino puede emplear, por litro de vino, hasta 170 mg, en agricultura ecológica se limita el uso de sulfuroso a 70 mg/l. Nosotros empleamos sólo 40 mg/l, gracias a combinar, de manera muy precisa, el ph de la acidez y el sulfuroso". LA BODEGA COMO ESPACIO PERSONAL.Una pasión, el vino; una filosofía: la agricultura ecológica Y un concepto: la bodega personal, de dimensiones reducidas. El resultado es un vino cuyo carácter lo marca la tierra, la uva y su desarrollo natural de cada cosecha. "El producir sin un rigor comercial, sin tener vendido el producto antes de elaborarlo, implica una cierta capacidad de improvisación por parte del elaborador de vino. Esto tiene su riesgo, y es que dependes totalmente de las inclemencias del tiempo, por lo que las lluvias no son iguales todos los años, ni la incidencia del sol, ni la maduración de las uvas o sus retrasos; nosotros dirigimos nuestros vinos a la crianza y a la reserva, y hay unos patrones de maduración que marcan el momento de recolección, que no varían, ya que buscamos los puntos óptimos de polifenoles en la uva, pero a partir de ahí, es la madre naturaleza la que marca el vino de cada añada". A partir de la recolección, la labor de Carlos Gosálbez es transformar en vino lo que la tierra ha dado a la uva. EL VINO ES LO QUE LA TIERRA DA.El resultado son unos vinos que llevan impregnados los avatares climatológicos en sus moléculas, porque la labor del elaborador es mimar la uva hasta que fermente y se convierta en vino, pero nunca cambiar las características de lo que la naturaleza dio. Personal en la elaboración del vino, y también en el mimo que Carlos le da a cada una de las botellas de su vino. Con un espacio para poder almacenar 35000 litros, en estos momentos tienen una producción de 18000, una cantidad que puede resultar insignificante para grandes grupos bodegueros, pero que para Carlos Gosálbez son el resultado de su plena dedicación a cada una de las botellas. "El hecho de ir creciendo significa que podríamos sobrepasar los límites de nuestra atención. Iremos creciendo, pero en el momento que veamos que sobrepasa el alcance de nuestras manos, ahí pararemos. Daremos salida a nuestra explotación para otros fines, como por ejemplo el enoturismo y nuestra enóteca, que es una parte económica muy importante en nuestra empresa, pero nosotros queremos seguir siendo elaboradores, y la palabra fabricar está muy lejos de nuestro pensamiento, por más que en algunos momentos ha habido ofertas económicas, no es nuestro objetivo, no vamos por esa línea". Y un dato revelador, del nivel de exigencia y calidad de esta bodega familiar, es el hecho que esta última cosecha no han vinificado debido a que la uva no cumplía los mínimos de calidad que Carlos busca en ella para elaborar un vino del que sentirse plenamente satisfecho; "hemos marcado un nivel de calidad y es el que queremos mantener. Si la naturaleza, por decirlo así, ha bajado su nivel de calidad, por circunstancias atmosféricas, y nos ha dado algo que no llega a nuestro nivel, preferimos no vinificar a que el producto tenga una bajada de calidad. Por qué hay algo indiscutible: si la uva no es de calidad, en la bodega no se puede hacer nada por mejorarla. La bodega, puede, equiparar la calidad que ha producido el campo, pero nunca sobrepasarla". La pasión por la naturaleza llevó a Carlos Gosálbez, y a Estrella Orti, ha enamorarse del vino y su elaboración. Un vino que miman en una pequeña bodega en Pozuelo del Rey. Un vino que busca la diversidad del campo madrileño, de su insolación estival, de sus heladas invernales, y de su imprevisible primavera. Un vino que juega con la base del tempranillo, y que gana complejidad con otra uvas, como son la cabernet sauvignon, la syrah y en un futuro cercano también merlot. Complejidad y calidad fruto de la pasión por una ilusión hecha realidad.
Autor: Orlando Lumbreras y Mila Gavilanes
Orígen información: Viajeros del vino

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