Francois Hollande inaugura la espectacular Ciudad del Vino de Burdeos
El gigantesco parque temático espera recibir 500.000 visitantes cada año y dejar unos ingresos de 38 millones de euros anuales
El presidente francés, François Hollande, ha inaugurado oficialmente la "Cité du Vin", el espectacular centro del vino de Burdeos, un parque temático con una inversión final de algo más de 81 millones de euros, que ha estado rodeado de polémica y marcado en un contexto de huelgas nacionales, además de las protestas locales contra el uso de pesticidas en los viñedos.
La apertura se oficializó el 31 de mayo, donde Hollande y el alcalde de Burdeos, Alain Juppé, inauguraron oficialmente este gigantesco parque temático.
Aspirante a la presidencia, y por tanto rival de Hollande, Alain Juppé dio la bienvenida al presidente francés en medio de estrictas medidas de seguridad, dando inicio a una jornada de actos con motivo de la inauguración de 'Cité du Vin' una monumental construcción que ha llevado varios años realizarla y de la que esperan se convierta en el Guggenheim del vino.
La visita de Hollande estuvo asimismo marcada por los multitudinarios manifestantes ecologistas que protestaban por los productos químicos utilizados habitualmente en la viticultura. Burdeos es una de las regiones con mayor uso de pesticidas agrícolas en Francia.
También hubo protestas en Burdeos por la coyuntura económica del país que rodea la actual reforma laboral.
Hollande, aunque mencionó la lucha que pondrán en marcha contra los pesticidas agrícolas en su discurso inaugural, se concentró principalmente en elaborar un discurso de índole económico poniendo en valor la importacia del sector vitivinícola para la economía francesa. "El vino representa la manera que Francia es vista por el mundo: un país de cultura y un estilo de vida que todos quieren imitar y del que estamos muy orgullosos", afirmó el presidente.
Para la construcción de la Cité du Vin, un edificio de 14.000 m2 y 55 m de altura, el gobierno francés ha contribuido sólo con el 2% del presupuesto. La ciudad de Burdeos ha aportado el 38% del coste, la UE ha aportado el 40% y el resto proviene de donaciones privadas, incluidos propietarios de 'Châteaux' (Grandes bodegas de Burdeos). En total algo más de 81 millones de euros.
La 'ciudad' ofrece visitas pedagógicas, restaurantes, bares y una bodega que contiene más de 14.000 botellas, además de convertirse en epicentro de ferias, eventos y congresos. La Ciudad del Vino propondrá, mediante el pago de 20 euros de entrada, un recorrido para descubrir la cultura de esta milenaria bebida en diferentes sociedades y regiones del mundo, con degustaciones y numerosas instalaciones multimedia.
Sus líneas onduladas, fluidas, y modernas evocan "una forma líquida", según los arquitectos del estudio XTU. Su fachada, que recuerda a un decantador, está compuesta por paneles de aluminio y de vidrio serigrafiado, que se ilumina con reflejos dorados similar a las piedras amarillas y relucientes de las fachadas bordelesas.
Se estima que el parque temático del vino de Burdeos atraerá a cerca de medio millón de visitantes al año, alrededor del 40% extranjeros. Calculan asimismo un retorno de la inversión en 38 millones de € al año en facturación en toda la región vinícola de Burdeos.
Burdeos, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, actualmente atrae a seis millones de visitantes por año. Sin ir más lejos, sólo en este mes esperan recibir 1 millón de visitantes; por un lado durante la última semana de junio se celebrará la 10ª edición de la Feria del Vino de Burdeos, que espera congregar unos 500.000 visitantes, la misma cantidad de personas que esperan recibir para el campeonato de fútbol Euro 2016 que comienza el 10 de junio. Se retransmitirán los partidos de fútbol en el auditorio principal del parque, seguidos de degustaciones de vinos de los países participantes.
Comentario de Wines Inform Asessors:
La primera impresión es de megalomanía.
Probablemente haya filtros para que unas bodegas o otras aparezcan (deberán cofinanciar el proyecto) y eso lo pagarán los consumidores al final, para que las cuentas de las empresas funcionen.
El vino es un alimento más. Cada sector piensa que su producto es especial y que se debe de pagar caro y apreciar. A continuación cuando se dirigen a otro sector como compradores lo minusvaloran y quieren comprar barato -la gran obsesión- en vez de a precios justos.(tengo en mi memoria un mayorista de carnes selectas y supuestamente un exquisito de la carne que deseaba comprar vino para regalar a sus clientes pero debía costar menos de 1 euro)
Humildad, empatía, seriedad y saber que una empresa productora debe su existencia al favor de sus consumidores -favorecido por las recomendaciones altruistas de otros consumidores- y no a las propagandas y a los eventos grandilocuentes
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