El grupo Matarromera elabora al año 150.000 botellas en su bodega Cyan
Los expertos apuestan por el «lento desarrollo» de la tinta de Toro
El enólogo Javier Suárez extrayendo vino de una de las 650 barricas con que cuenta la bodega, situada en el pago la Calera. Foto M. B.
M. B. El grupo bodeguero Matarromera, con presencia en cuatro D.O. de la región, presentó ayer tarde los tres caldos que elabora en su bodega de Toro, Cyan, situada en un bello paraje del municipio de Valdefinjas, donde cuenta con 100 hectáreas de terreno, 40 de ellas de viñedo -12 en producción- y el resto de olivar, pino y monte bajo con plantas aromáticas «que dan un carácter mentolado» a sus caldos, como explicó el enólogo Jaime Suárez.La industria fue construida en el año 2000 y adquirida hace año y medio por el grupo bodeguero, que ha mejora sus instalaciones, dotándolas de «tecnología puntera, con temperatura controlada automáticamente y depósitos que cuentan con sistemas de micro oxigenación individual». Así, dijo, Suárez, «se ha buscado obtener las máximas ventajas de la tecnología para aunarlas al saber del grupo bodeguero», una combinación con la que domar a la tinta de Toro, ya que, a juicio del enólogo, esta variedad «necesita de un saber elaborar muy técnico debido a su potente graduación alcohólica, con el fin de garantizar un buen fin a las fermentaciones». La filosofía de Matarromera, de la que queda constancia en la nave donde reposan las botellas, es la de «creer en el desarrollo de la uva a muy largo plazo». Por ello sacan el vino al mercado «cuando está listo para consumir; nosotros lo aguantamos en bodega el tiempo necesario, sin prisas, porque mejores condiciones que las que tenemos aquí no las van a tener en otro sitio». La bodega, sencilla y muy coqueta, cuenta con una sala de barricas que alberga 650 recipientes, de los que el 70% son roble francés destinado a dar «redondez y elegancia» a sus caldos, y el resto roble americano para arreciar a los más jóvenes. En ella conviven también las barricas nuevas y usadas, según lo requiera el vino. La firma ha depositado su santo y seña en el "Cyan Pago de la Calera", al que da nombre el paraje donde se asienta la bodega. Un vino «elaborado con una selección de las mejores viñas y las mejores barricas» del que salen unas 5.000 de las 150.000 botellas que producen anualmente. El 70% de ellas están dedicas al «vino base», el "Cyan con 12 meses de barrica" y el resto se lo lleva el "Cyan Prestigio", con entre 16 y 18 meses de crianza en barricas nuevas.
Origen información: La Opinión de Zamora
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