Las entidades acreedoras -Santander, BBVA y La Caixa suman créditos por 1.500 millones de euros, el 60% de la deuda bancaria- han decidido coger el toro por los cuernos y exigir medidas inmediatas que garanticen el cumplimiento de los compromisos adquiridos.
Para empezar, las entidades que integran el pool bancario de la compañía ha reclamado a Eroski que acelere su plan de desinversiones, lo que supondría desprenderse de las gasolineras o de Caprabo -la firma vasca compró la catalana en 2007 en una transacción valorada en 1.700 millones de euros, lo que disparó su deuda provocando los problemas que arrastra ahora- para reducir así su deuda, recapitalizarse, cumplir los compromisos acordados y, sobre todo, poder atender los pagos pendientes.
Según confirman fuentes del mercado, Eroski ha empezado a tantear ya en el mercado la posible venta de Caprabo por un importe que podría rondar los 500 millones de euros, lo que implicaría unas minusvalías de 1.200 millones. Y al parecer, ni aún así, habría encontrado a nadie interesado en el negocio.
No obstante, y al margen de esa venta de activos, fuentes bancarias aseguran que se está reclamando también a la empresa que resuelva el litigio con los inversores de las Aportaciones Financieras Subordinadas (AFS), cuyo montante asciende a 660 millones, a través de un canje de las mismas por otros instrumentos financieros. Esta operación conllevaría una importante quita para los ahorradores, pero permitiría a la cooperativa reducir claramente su nivel de endeudamiento y mejorar su liquidez.
En su articulación no estaría sólo Eroski, sino que también está intermediando Kontsumobide, la oficina de consumo del Gobierno vasco, a instancias del Parlamento vasco ante el alto número de quejas que recibe de los ahorradores.
El canje de las AFS por otros instrumentos financieros, que pudieran ser bonos con fecha de vencimiento, permitirá a Eroski contabilizar una plusvalía al recuperar las aportaciones a un precio inferior al de emisión y seguir manteniendo parte colocado en los bonos.
La presión de la banca a Eroski para que reduzca deuda se produce tan sólo diez meses después de que se firmase un acuerdo de refinanciaciación de 2.500 millones de la misma con el horizonte 2017.
La cadena de distribución que preside Agustín Markaide alcanzó el pasado mes de enero un acuerdo con las entidades acreedoras para aplazar el pago de los 2.425 millones de euros que tiene de deuda bancaria hasta el año 2017. Pero fue sólo un pequeño respiro que con el tiempo parece ser insuficiente. El problema de la empresa vasca es que tiene vencimientos de forma inminente y aunque hasta ahora está cumpliendo con todos los plazos previstos, la extrema debilidad del consumo dificulta al máximo que pueda cumplir con los compromisos de rentabilidad pactados, los denominados covenants.
Y a eso hay que sumar además que la deuda a corto plazo, a menos de un año, se situaba al cierre del primer semestre del ejercicio fiscal, el pasado 31 de julio, en 310 millones de euros, lo que supone un 48 por ciento por encima de los 209 millones que tenía seis meses antes, el 31 de enero.
En total, el pasivo financiero de Eroski se eleva así a 2.995,4 millones, incluyendo no sólo los créditos pendientes con la banca sino también préstamos con terceros y aportaciones financieras. Todo con unas pérdidas acumuladas de 450 millones de euros en los últimos seis años y muy lejos aún de poder alcanzar la rentabilidad. Y la cuestión es, ¿seguirá la banca dispuesta a seguir refinanciando? ¿hasta cuándo mantendrá abierto el grifo del crédito que permita garantizar la liquidez de la empresa?
Prueba de que empieza a haber síntomas de agotamiento en la banca es que una de las principales aseguradoras de crédito, Cesce, que está controlada por Santander y BBVA, con una participación estatal, ha decidido rebajar al mínimo la cobertura que ofrece a la empresa. “Es evidente que los dos grandes bancos tienen información de primera mano y que no están dispuestos a seguir poniendo dinero y jugársela en Eroski”, aseguran fuentes financieras.
Cuando cayó Fagor, hubo muchas voces en el entorno de la cooperativa que advirtieron de un efecto dominó que iba a golpear y llevarse por delante tanto a Eroski como a la Caja Laboral, los otros dos grandes estandartes de la Corporación Mondragón. Pero el problema de la empresa de distribución no es ya Fagor. Tal y como demuestran las cifras, el problema de Eroski es la propia Eroski.
EROSKI EN CIFRAS
EROSKI
• 6.222 M€ de ventas netas (sin IVA).
• Descenso de ventas en 5,3% a superficie constante, una retracción que se limita a un 2,5% en alimentación, siendo una de las mejores evoluciones en ventas alimentarias del sector.
• 60% de las ventas son realizadas en supermercados.
Consumidores
• 364 millones de pasos por caja, más de 1 millón de clientes al día.
• 107 millones de € transferidos al consumidor a través de ofertas y promociones
• 631.107 Socios Consumidores y Amigos de Fundación Eroski.
Trabajadores
• 38.420 trabajadores, de los cuales 12.620 son socios trabajadores.
• 8.457 socios de Eroski S.Coop. 3.693 de Eroski Hipermercados S.Coop., 470 socios a través de Gesta Forum.
Una red de 2.110 tiendas
1.467 Supermercados
• 460 EROSKI/center
• 143 EROSKI/city
• 9 EROSKI/merca
• 356 CAPRABO
• 60 FAMILIA
• 339 Aliprox (Aprop en Baleares)
• 100 Onda
Además Eroski cuenta con:
95 Hipermercados
19 Cash & Carry
161 Agencias de Viajes
64 Gasolineras
39 tiendas de material deportivo FORUM SPORT
265 perfumerías IF
Orígen información: Qcom.es
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